- Buruaga no puede caer en la última trampa del revillismo, aunque haya decidido que sea su compañero de viaje para la investidura.
Se acaba de firmar el acuerdo de investidura entre el Partido Popular y el Partido Regionalista de Cantabria, por el cuál María José Sáenz de Buruaga será presidenta de Cantabria en solitario. Más allá de lo escrito en el documento, en el que se habla de asuntos sin ninguna controversia como el mantenimiento de proyectos prioritarios, el Fondo de Cooperación Municipal o los incentivos a municipios en riesgo de despoblamiento, el peligro está en lo que puede conllevar esta firma.
La propuesta que Revilla expuso sin rubor alguno tras perder las elecciones, de no someter al PRC “a la tortura de comisiones de investigación” para hacer presidenta a Buruaga, finalmente no aparece en el documento. Los populares han reiterado que no tienen intención de proteger al PRC, pero un apoyo tan barato como el anunciado deja muchas sospechas.
Si, finalmente, el ejecutivo de Buruaga decide no realizar las auditorias, comisiones de investigación u otras fórmulas que nos permitan a los cántabros saber la verdad sobre los escándalos que sobrevuelan, no solo habrá traicionado a la mayoría de sus votantes, cuyo principal motivo de voto ha sido echar a Revilla, si no que estará haciendo un flaco favor al funcionamiento democrático de la comunidad.
Conocer la verdad es parte indispensable para que la democracia sea tal. Si el Partido Popular de Cantabria quiere, realmente, que VOX no alcance el poder en la comunidad (teóricamente, el motivo del pacto PP – PRC), lo mejor que puede hacer es esclarecer todo lo sucedido. El mayor incentivo que puede tener alguien para votar a VOX en Cantabria es, precisamente, la certeza de que el sistema está corrompido. Si al ciudadano no se le da la certeza de que, si alguien se corrompe, el sistema va contra él para que pague las consecuencias, es normal que decida votar una enmienda a la totalidad.
En definitiva, si Buruaga y su equipo cumplen su palabra y este pacto no se convierte en un pacto de silencio, sino que es un acuerdo puntual y los populares demuestran ser una alternativa eficaz, estarán más cerca de reeditar el gobierno en las próximas elecciones. Si su idea es proteger el aparato de poder del PRC para ir absorbiendo sus cargos y votantes, volverán a desaprovechar la oportunidad, como con Ignacio Diego.