Imagino que cuando muchos de vosotros y vosotras pensáis en el progreso de una sociedad tenéis en mente algunos de los avances sociales y de las construcciones de los pilares del Estado que han formado la España o la Cantabria que conocemos hoy.
En el 2023 hay una oportunidad para que esto siga siendo de la misma manera, porque el progreso no viene solo, y los programas de gobierno de los partidos no pueden ser los mismos desde que se presentaban por primera vez a las elecciones.
Pero previamente a esto, tampoco debe ser la misión de ningún partido ser destructivo y enfrentarse a todo con la sinrazón como compañera, con el único objetivo de distanciarse del rival y de distanciarse de la política de la Transición que tanto ha construido, por ejemplo.
Creo que es la sensación que se da muchas veces cuando el ciudadano de a pie se fija en la política, parece que en esta comunidad la oposición está deseando continuamente que el gobierno tropiece, reflejo a su vez de lo que pasa con las derechas en España.
Quizás habría que pensar y analizar mas bien, de cara a este 2023 que se presenta tan electoral, cuál es el modelo de comunidad autónoma que queremos, mostrárselo a los ciudadanos y que estos ejerzan con su voto, pero también con su opinión, absolutamente libre, afortunadamente, lo que creen de quiénes se presentan a gobernar.
Vislumbro una derecha cansada, que intenta alzar el vuelo y que tiene como único propósito gobernar para poder mantenerse, sin la ambición de que los trabajadores tengan buenas condiciones laborales, de mejorar las condiciones de vida de los jóvenes o de incentivar la economía, como sí ha hecho la izquierda en una legislatura que no ha sido nada fácil.
Sin hablar del papel en Europa que se puede desarrollar por parte de unos en clara diferenciación con otros, porque ya estuvieron y dejaron a los pies de los caballos a los que menos tenían.
Creo que volver atrás no es una opción cuando hemos creado ciudadanos exigentes con el Estado de bienestar, que ven como Cantabria crece y tiene mayores oportunidades de inversión y de futuro, enfocándose a un turismo más cultural y ambicioso con la ecología.
Mi proyecto siempre será el de una izquierda pragmática que sabe lo que hace, pero no es lo único que me preocupa, quiero que los partidos fuertes, independientemente del espectro que ocupen, y siempre que se mantengan en opciones alejadas de los extremos, sean capaces de construir proyectos de futuro para nuestra tierra, que involucren a los que más necesitan la política, los que necesitan que exista la equidad porque tienen menos oportunidades.