- La falta de atención a la somnolencia y la fatiga contribuyen a la siniestralidad vial, con el 38% de los fallecidos por distracción. Expertos enfatizan la necesidad de concienciación y prevención para reducir los accidentes relacionados con el sueño en las carreteras españolas
Los problemas del sueño representaron un factor importante en un porcentaje significativo de los accidentes de tráfico mortales ocurridos en 2021. Según el director general de Tráfico, Pere Navarro, aproximadamente el 7% de estos siniestros fatales, lo que equivale a 77 personas, perdieron la vida debido a problemas relacionados con el sueño. Además, durante la última década, se estima que en promedio cada año 75 personas fallecieron y 250 resultaron gravemente heridas debido a esta causa.
Estos preocupantes datos fueron presentados durante la jornada “Somnolencia y Conducción”, un evento que reunió a expertos de diversos sectores para debatir sobre el impacto de la somnolencia en la siniestralidad vial en España. Navarro resaltó que el 42% de los accidentes mortales fueron salidas de la vía, mientras que el 38% de los fallecidos se debió a distracciones, un término que engloba diversas causas, entre ellas el uso del teléfono móvil. Sin embargo, también señaló que la somnolencia y la fatiga han sido factores que han sido pasados por alto y a los que quizás no se les ha prestado suficiente atención.
Álvaro Gómez, director del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT, describió el tipo de accidente en el que la somnolencia suele estar presente: una salida de vía en autopistas durante la madrugada, sin dejar huellas, con buena visibilidad, sin pasajeros y sin otros factores concurrentes. Por su parte, el general jefe de Operaciones de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Tomás García Gazapo, destacó la importancia de detenerse ante cualquier síntoma de somnolencia al volante. Según él, la sociedad no ha internalizado completamente el riesgo que representa la falta de sueño para la seguridad vial, y es algo que debe cambiar.
Antoni Esteve, director de AdSalutem Instituto del Sueño, abordó el problema del sueño en España, calificando la privación del sueño como una epidemia generalizada. Según Esteve, aproximadamente el 30% de la población española sufre algún tipo de trastorno del sueño, mientras que el 45% duerme menos de las 7 horas recomendadas como mínimo. Además, los españoles duermen un 10% menos que el resto de Europa. La privación del sueño tiene consecuencias importantes en la salud, como la debilitación del sistema inmunológico, trastornos cardiovasculares, metabólicos, neurodegenerativos, problemas de fatiga y salud mental, y, por supuesto, un mayor riesgo de accidentes de tráfico. Según Esteve, este riesgo puede ser hasta cuatro veces mayor cuando un conductor ha dormido entre 4 y 5 horas, y puede multiplicarse por once si duermen menos de 4 horas.
Carlos Egea, jefe de Servicio Respiratorio y de la Unidad de Sueño de la OSI de Araba de Vitoria, destacó el impacto del sueño y el consumo de alcohol en la probabilidad de sufrir accidentes de tráfico. Conducir con falta de sueño o bajo los efectos del alcohol multiplica por cinco las probabilidades de sufrir un siniestro vial, pero esta cifra puede aumentar hasta treinta veces cuando ambos factores están presentes. Egea concluyó que existe una falta de concienciación y prevención en la sociedad sobre los riesgos de conducir con somnolencia, especialmente cuando la mitad de los conductores encuestados admiten que siguen conduciendo a pesar de sentir somnolencia y el 31% reconoce haber experimentado microsueños.
Estos datos y declaraciones resaltan la importancia de abordar el problema de la somnolencia al volante y promover una mayor concienciación sobre los riesgos asociados. Es fundamental que los conductores comprendan la importancia de descansar lo suficiente antes de ponerse al volante y que tomen medidas inmediatas, como detenerse y descansar, si experimentan somnolencia durante la conducción. Además, es necesario promover una cultura de responsabilidad y seguridad vial que incluya una mayor educación sobre la importancia del sueño y sus efectos en la capacidad de conducción. Solo a través de estos esfuerzos conjuntos podremos reducir la incidencia de accidentes viales relacionados con la somnolencia y proteger la vida de los conductores y otros usuarios de las vías.