El Escenario Santander se convirtió en el epicentro de una experiencia inolvidable la noche del uno de diciembre gracias a Rodrigo Cuevas, el flamante ganador del premio al Mejor Artista Nacional en los Premios Sisión Vermú 2023. El reloj marcaba las 21 horas cuando una marea de entusiasmo invadió la sala, repleta de seguidores que agotaron las entradas semanas atrás, ansiosos por sumergirse en la magia de este singular artista.
El escenario estaba impregnado de una atmósfera mística. Luces tenues y una ambientación que evocaba tanto la tradición asturiana como la modernidad anticipaban una experiencia excepcional. El público, diverso en edades y estilos, palpaba la anticipación y la emoción en el aire.
Cuevas, lejos de aparecer en el escenario principal, sorprendió emergiendo desde la planta superior, descendiendo entre el público con su distintivo estilo, ataviado con albarcas, lentejuelas y abanico. “¡Bienvenidas/os a la romería más importante de nuestras vidas!” fue su saludo. Su presencia escénica imponente, combinada con su voz poderosa, creó una conexión inmediata con el público.
La versatilidad del artista asturiano en el escenario fue una de las mayores sorpresas de la noche. No solo cautivó con su fusión única de géneros con su extenso repertorio de temazos, donde no faltaron algunos como “Más animal”, “Cómo ye?”, o “Casares”. Además, demostró su maestría al interpretar versiones contrastantes como la emotiva copla “El día que nací yo” y el encantador aire de “Tres hojitas, madre”.
El espectáculo fue un viaje lleno de momentos increíbles. La sorpresa de regalar al público la famosa canción popular cántabra “Un Paseo por el Sardinero” fue uno de los instantes más inesperados. Además, la banda brindó con orujo de hierbas lebaniego acompañado de este ritual: “Orujo de hierbas, sacro alimento, ¿Qué haces ahí fuera? Vente pa´dentro”, sumando así, una dosis extra de autenticidad regional a la velada.
El concierto fue un festín para los sentidos. La calidad del sonido fue impecable, envolviendo cada rincón de la sala y permitiendo que la fusión de los diferentes géneros musicales brillara con una nitidez excepcional. Cada nota, cada ritmo, resonaba con una claridad asombrosa, elevando la experiencia auditiva a un nivel superior y realzando la maestría musical de Rodrigo Cuevas, su talentosa banda y el equipo técnico de la sala.
La interacción del artista con la audiencia fue otro punto destacado. Entre bromas, confidencias y revelaciones, como el relato de cómo conoció al amor de su vida cuando ofreció un concierto en Santander, generó una atmósfera única.
En resumen, el concierto de Rodrigo Cuevas fue mucho más que una actuación musical. Fue un viaje sensorial, un homenaje a la tradición y la fusión de estilos que conquistó corazones y dejó un recuerdo imborrable en cada asistente.
Así, con el eco de las canciones y su energía contagiosa resonando en la memoria de todos los presentes, los mozos y las mozas salíamos en procesión con la sensación de que mañana la romería de Rodrigo no pesaría al otro día