- La víctima, una joven colombiana, fue engañada bajo la falsa promesa de un trabajo en el sector de la hostelería en España
La Audiencia Provincial de Cantabria ha dictado sentencia condenando a cinco personas por su participación en un caso de trata de personas y explotación sexual. La víctima, una joven procedente de Colombia, fue engañada con la promesa de un empleo en el sector de la hostelería.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial consideró a tres de los acusados como autores de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, en concurso medial con un delito de prostitución coactiva y, además, un delito de ayuda a la inmigración ilegal. Cada uno de ellos ha sido condenado a siete años de prisión.
Estas tres personas son la encargada del piso donde se ejercía la prostitución, su hijo que colaboraba con ella y la mujer que contactó con la víctima en Colombia. Además de la pena de prisión, se les ha impuesto la obligación de indemnizar conjunta y solidariamente a la víctima con 15.000 euros por los daños morales sufridos.
Otro hijo de la encargada ha sido condenado a un año y tres meses de prisión y al pago de una multa de 900 euros por su participación en un delito de ayuda a la inmigración ilegal y obstrucción a la justicia. Este acusado intentó que la víctima retirara la denuncia durante el proceso judicial.
La Audiencia también ha condenado a otra mujer, que convivía en el piso con la víctima y se encargaba de vigilarla, como cómplice del delito de determinación coactiva al ejercicio de la prostitución. Esta mujer deberá cumplir una pena de un año y medio de prisión y pagar una multa de 900 euros.
Los hechos probados en la sentencia indican que la encargada del piso, su hijo y una mujer que ya se prostituía decidieron traer a una joven desde Colombia para explotarla sexualmente y obtener beneficios económicos. La mujer que ejercía la prostitución contactó a una amiga de la infancia y le ocultó la verdadera naturaleza del trabajo en España, ofreciéndole un empleo en lugar de prostitución.
La víctima aceptó la oferta al encontrarse en una situación económica precaria y confiar en su amiga. La mujer que contactó con ella envió un billete de avión y dinero para el viaje. Una vez en España, fue recibida por los implicados y llevada a un piso en Santander, donde se le informó que debía ejercer la prostitución para pagar una supuesta deuda.
La joven fue sometida a explotación sexual veinticuatro horas al día, todos los días de la semana, bajo la vigilancia de las otras mujeres. Además, se le tomaron fotografías desnuda y se publicaron en una página web de anuncios de prostitución. Las ganancias obtenidas eran retenidas por la encargada, quien solo entregaba a la víctima treinta euros a la semana.
La víctima logró escapar en una ocasión cuando se le permitió salir a cobrar un giro y solicitó ayuda a un transeúnte. Tras iniciar el proceso judicial, uno de los acusados intentó influir en la víctima para que retirara la denuncia mediante amenazas y mensajes de miedo.
La Audiencia ha considerado el testimonio de la víctima como relevante y contundente, respaldado por diversas pruebas, como imágenes encontradas en su teléfono móvil, conversaciones de WhatsApp y hallazgos en los registros domiciliarios realizados.
Esta sentencia aún no es firme y puede ser apelada ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. Sin embargo, la Audiencia Provincial ha llegado al convencimiento de la veracidad de los hechos y ha impuesto condenas significativas a los responsables de este caso de trata de personas y explotación sexual.