En un mediodía lleno de emociones y melodías conmovedoras, Depedro, el talentoso cantautor español, ofreció un maravilloso concierto acústico en el Escenario Santander. El escenario, iluminado por un cálido juego de luces, creó el ambiente perfecto para una matiné íntima y cercana.
Con su guitarra en mano y una espléndida sonrisa en el rostro, Jairo Zavala, conocido artísticamente como Depedro, cautivó desde el primer acorde. El público, ansioso por sumergirse en su universo musical, esperaba expectante cada canción que resonaría en la ínclita sala Santanderina.
Jairo comenzó agradeciendo el apoyo de la cultura de salas y afirmaba estar muy emocionado por ello. Seguidamente arrancaba con la delicada melodía de “Solo contigo”, una de las piezas más emblemáticas de su repertorio. Su voz suave y emotiva llenó cada rincón de la sala, envolviendo a los presentes en una atmósfera mágica. Los acordes de su guitarra acústica se entrelazaron con su suave y emotiva voz, creando una armonía envolvente.
Durante el concierto, Depedro demostró su habilidad para transmitir emociones a través de la música. Cada canción era una historia contada con sinceridad y pasión. Desde las letras poéticas de “Hombre bueno” hasta la melancolía de “Te sigo soñando”, el público era transportado a un viaje emocional.
El artista interactuó con la audiencia, compartiendo anécdotas personales y detalles sobre la inspiración detrás de sus canciones. Esta conexión cercana generó una complicidad única entre Depedro y sus seguidores, creando un ambiente de camaradería y complicidad, incluso bromeaba diciendo que ya tenía banda para la gira.
El concierto continuó con una selección de canciones de sus distintos álbumes, siendo protagonista su último disco “Máquina de piedad” que describía como un canto a la esperanza y “que nutre eso que tenemos en el pecho”. Entre los cortes, no pudieron faltar “Nubes de papel”, “Diciembre” o su sensible versión “La llorona”.
Momentos álgidos llegaron con temas como “Por la mañanita” o con su versión de J.M Serrat “Fiesta”. El público se unió a coro, entonando la melodía y creando una sinfonía de voces que resonaba en el Escenario Santander. La energía positiva y la alegría invadieron el ambiente, dejando una huella imborrable en cada asistente.
Tras poco más de una hora, el concierto concluyó con aplausos interminables, ovaciones y amplias sonrisas tanto en las caras del público como en la del propio Jairo. Su música había logrado trascender las barreras físicas y tocar los corazones las personas presentes.
¡Gracias Depedro por dejar que nos aprovechemos de tu mediodía!