El pasado fin de semana Santander acogió el Evento Europeo de la Juventud, EYE por sus cifras en inglés. Por primera vez se realizaba fuera de la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo y, una vez elegida España, Santander fue escogida, entre otras cosas, por ser Cantabria la comunidad autónoma con menor participación en las últimas elecciones europeas.
El EYE ha sido un éxito y los halagos de los jóvenes a la ciudad de Santander y a la hospitalidad de sus habitantes un motivo de orgullo para todos los santanderinos. Creo que todos los cántabros que estábamos presentes allí hemos sentido algo especial. Ahora bien, lo siguiente que nos debemos preguntar es ¿El EYE Santander es el impulso que necesita el asociacionismo de la región para despegar o tan solo ha sido un espejismo?
No éramos muchos los cántabros que estábamos allí y ni siquiera éramos muchos los que sabíamos que se hacía esto en Santander. No descubro nada si digo que el asociacionismo de nuestra región está muy lejos de lo que nos gustaría que fuese y aún más lejos de ser representativo de la sociedad cántabra.
Las instituciones, tan involucradas en el EYE, tienen la responsabilidad de fomentarlo entre los jóvenes, pero también somos responsables el grupo que estábamos allí de hacer llegar el mensaje. Si dentro de unos meses el Evento Europeo de la Juventud es solo un recuerdo, la región habrá vuelto a desperdiciar una magnífica oportunidad para agrupar talento y crear estructuras de participación más grandes y fuertes. Al igual que en materia económica no se puede vivir del turismo, en el mundo asociativo no podemos vivir de traer algún evento cada cierto tiempo.
Santander es Europa, Cantabria es Europa y España es Europa y los jóvenes, aún habiendo nacido aquí en lugar de hacerlo en Madrid o Bruselas, deben de ser escuchados. Por eso es el momento de empujar para lograrlo, de lo contrario nos arrepentiremos durante mucho tiempo, mientras nuestro móvil nos envía la notificación de esas fotos de recuerdo del 13 al 16 de octubre de 2022.