Asisto en ocasiones a muchos espectáculos culturales que tienen cabida a lo largo de nuestra comunidad autónoma, y a pesar de mi juventud creo que existe un cambio significativo en muchos de los aspectos que hasta ahora caracterizaban la política cultural de Cantabria.
Lo primero, respecto a los jóvenes, que ahora tienen la posibilidad de asistir a mayores actividades culturales en Cantabria, como por ejemplo a importantes actuaciones en el Palacio de Festivales de Cantabria por tan solo 7 euros una vez se tiene el carnet joven europeo, que en los próximos presupuestos del Gobierno de Cantabria va a ser gratuita, hasta ahora costaba 6 euros con una duración de 2 años.
Creo que esto no es menor cuando continuamente hablamos de la falta de ocio alternativo y saludable para la juventud, que muchas veces se ve criminalizada, como en la pandemia, a pesar de haber sido no solo respetuosa, si no también solidaria e impulsora de proyectos que mejoran la vida de sus vecinos.
Pero la mejora no se queda ahí, también ha cambiado la perspectiva territorial, que muchas veces ha sido atacada por su centralización, Santander por ser la capital es la que ha focalizado siempre gran parte de la actividad cultural de la comunidad.
Hoy, existen instrumentos igualitarios para todo el territorio durante todo el año, gracias al llamado anteriormente programa “EnREDArte”, actualmente “Territorio”, que no hace otra cosa que extender todo tipo de espectáculos escénicos y artísticos por los 102 municipios con financiación mayoritaria por parte del Gobierno de Cantabria durante el año, y absolutamente gratuitos para el vecino. Muchos de estos eventos que solo se daban en lugares como el Palacio de Festivales, ahora tienen lugar en los pueblos.
La cultura contraataca, campaña impulsada después del Covid por la Consejería de Cultura ha permitido a la industria cultural de la Comunidad mantenerse en pie y seguir cultivando a los cántabros y cántabras con la esencia del arte que tan necesaria es en nuestras vidas.
Por último, se le suma a todo esto un importante precepto, a menudo utilizado por determinados partidos políticos como concepto identitario, la cultura tradicional de Cantabria, que tiene cabida en la sociedad también gracias al apoyo institucional, ya que se impulsan desde el programa “Origen” actuaciones de artistas cántabros financiadas exclusivamente por la Consejería de Cultura por los municipios.
Quizás, y solo quizás, algunos deberían cuestionarse porque cuando han tenido ocasión no ha sido tal el impulso de la Cultura en Cantabria, que vertebra las sociedades y enriquece a la población.
La oferta cultural descentralizada, variada y atractiva es una ventana de oportunidad para que muchos jóvenes disfrutemos con un ocio creativo y enriquecedor. La batalla cultural continúa y nuestra generación se suma.
Estos componentes de territorialidad, universalidad, conservación de las tradiciones y perspectiva joven deberían ser indispensables en cualquier hoja de ruta, y hoy, se están cumpliendo con perspectiva a instaurarse como definitivos, buena noticia sin duda para las y los cántabros.