El arte a pie de bar concentra momentos tan intensos para unos como anodinos para otros.
Hay quien sólo oye una canción y le gustan los acordes, la voz de quien la canta, o quizá el artista en cuestión directamente, porque resulta ser jodidamente atractivo. Hay gente para todo. Pero, afortunadamente, también hay gente que escucha la letra.
Un micro abierto no deja de ser eso: un encuentro distendido entre conocidos y desconocidos para pasar un buen rato. No vienen cazatalentos -que sepamos-, ni nuestros nombres van a inmortalizarse en ningún sitio. Bueno, tal vez, en la memoria de los presentes si la actuación es lo bastante conmovedora (o tan grotesca que, años después, aún siga teniendo presencia entre las anécdotas de barra).
La cuestión es que todo queda entre vasos, presentaciones, y aplausos.
Escuché una vez en un micro abierto de Madrid que allí no se iban a hacer las cosas perfectas, sino a hacerlas de verdad. Yo, Véctor, presentador de Jam Up Santander, y junto con mis otros colegas organizadores, creemos en eso en cada evento. Hemos podido ver cómo se ha ido creando, cada vez más, una comunidad de artistas que se retroalimentan en estilo, y de cómo tanto nuestro micro como otros espacios artísticos se expanden más y más.
El pasado Jam Up Santander no fue una excepción.
El público fue testigo de cómo se puede hacer gracia sin ser cómico profesional, aun cuando se tiembla más que una maquinilla de afeitar; de que los poetas, sin ser ni grandes actores ni literatos, no son necesariamente unos cortavenas insufribles con inclinaciones a batirse en duelo improvisando versos; de que no hace falta la voz de Freddie Mercury para hacer volar a los demás sobre ella; y de que cualquiera con sensibilidad artística, humildad y ganas, puede descubrir algo de sí mismo que no conocía, tan sólo atreviéndose sobre la marcha a subir a un escenario.
Un día al mes, entre el Bar Moondog y el Espacio Joven de Santander (recomiendo seguir a @jamupsantander en Instagram para saber el lugar exacto en cada ocasión), tres amigos os invitan a hacer esto último y compartir vuestro arte.
La próxima vez, el día 28 de octubre a las 19:30 en Espacio Joven, lo haremos con un concurso de disfraces -con premio-, así que, si queréis inspiraros, probaros a vosotros mismos, o simplemente pasar un buen rato entre música, comedia, poesía y buena compañía, allí os esperaremos. Hasta entonces, os animo a seguir manteniendo viva la cultura en Santander y, parafraseando a mi amigo Sergio: lean a Terry Pratchett.




