¿Es vuestro primer concierto En Cantabria?
F.: No, estuvimos en 2017 en la mítica sala Niágara. Fue una noche súper bonita y guardamos un recuerdo memorable.
A juzgar por vuestro último álbum, las colaboraciones son algo que se os da especialmente bien. No sé si os quedó alguna colaboración pendiente.
– X.: Nos falta la de Bunbury.
– F.: Al final es lo que siempre decimos en los conciertos; nosotros empezamos en la música para disfrutar con nuestros amigos. Es la manera que tienes de compartirlo. Y las colaboraciones no dejan de ser eso, compartir tu música con amigos que se dedican a la música. No hay nada más bonito.
X.: El álbum de las colaboraciones surgió en ese momento. No teníamos ninguna colaboración en 4 años y fue como “adelante, nos apetece”.
De todas las colaboraciones de ese disco, ¿con cuál diríais que os quedáis? ¿O cuál fue especialmente entrañable para vosotros?
X.: Sin duda, la de Miguel Campello. Fue una colaboración que se hizo a distancia debido al Covid.
Él transformó la canción al flamenco; cambió los acordes, cambió el tempo… Y para mí es la favorita, la verdad.
F.: Fue una versión especial porque está muy lejos de lo que hacemos.
X.: Es muy bonito ver una canción tuya transformada en otro universo. Recuerdo que nos envió unas pistas de guitarra con un cajón y su voz, todo grabado por él. Únicamente faltaba una guitarra eléctrica y la voz de Fito, y pensamos “a ver si lo vamos a estropear”.
X.: El contraste de las voces y los efectos le ha dado mucha personalidad al tema.
En vuestras letras se aprecian frases que calan en uno. Frases dignas de ser dedicadas. ¿Tenéis alguna influencia literaria que os ha ayudado en este campo?
F.: Lo cierto es que no. A nivel de composición nos dejamos llevar bastante. El poso de los temas es muy personal y dejamos muy libre el cerebro.
En mi caso, siempre funciono escribiendo antes la melodía que la letra; y eso también es una condición y una manera de trabajar con cierta libertad.
Xavi, tú has definido a Fito como un poeta…
X.: Cierto. Un músico es una persona que hace música, pero cuando tú creas letras; tiene que haber un punto literario.
F.: Lo que sí que es verdad es que somos un poco adictos al costumbrismo. Es decir, a escribir de cosas que nos pasan a nosotros y al resto de la gente. Cada vez intentamos huir un poco más de la metáfora. De hecho, consideramos que así es como conectamos más con nuestro público.
Hace ya algunos años hablábais de que el concepto de banda estaba un tanto estandarizado. Al decir banda, siempre venía a la cabeza: bajo, guitarra, batería y voz.
Después del tiempo que ha transcurrido, ¿creéis que quien haya tenido la oportunidad de veros en concierto, ha tenido que ampliar su concepto de banda?
X.: Digamos que hemos creado el grupo del que nos gustaría ser fan, y que no hemos encontrado en español. Intentamos buscar un sonido personal, algo que la gente escuche y rápidamente identifique. Sepa que está escuchando Siloé.